Platero es pequeño, peludo, suave (…)
Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo,
los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
- Tien’ asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Juan Ramón Jiménez (Platero y yo)